El otoño es una estación de contrastes. La belleza de la policromía de los bosques, contrasta con la tristeza de los días cortos, de menos luz. Tal vez el otoño, nos haga a todos más humildes, porque nos recuerda que el tiempo de la vida es limitado. Y justamente, en un día de otoño, se nos ha ido Javier Romañach.
Hay personas que trascienden para siempre esa finitud. Y que siempre nos van a acompañar en la memoria, en el recuerdo y en el cariño. Y sobre todo, en la proyección de sus ideas.
Tuve la ocasión de conocer a Javier Romañach. En reuniones de trabajo con SOLCOM. Compartiendo la causa común de la defensa de los derechos humanos, que es sobre todo la defensa de los más vulnerables. Y es la mayor conquista de la civilización humana.
Le recuerdo sobre todo trabajando, siempre dispuesto a elaborar el documento, a llegar a un acuerdo. A que las ideas se materializasen. Se hiciesen efectivas. Y haciendo aportaciones decisivas.
Cuando alguien se va, siempre nos queda el sentimiento de que nos hubiera gustado compartir más momentos con esa persona. Sobre todo, una persona como Javier. Pero tuve la suerte de conocerle. Y de comprobar en seguida su dignidad, su compromiso y su autenticidad, en la defensa de la libertad y de la alegría de vivir.
Por ello, quería hoy expresar en estas breves líneas mis sentimientos sobre Javier. Y trasmitir a SOLCOM la suerte de haber tenido entre sus miembros más destacados a Javier. Personas como él, son el mejor estímulo para seguir. Sabiendo que el discurso de los derechos humanos, es un discurso permanente, que no permite tregua.
Si tuviera que definir la figura de Javier Romañach, diría que era la inteligencia serena. Lúcido en sus planteamientos y transmitiendo a la vez tranquilidad. Esa serenidad que emanaba de su inteligencia, siempre cálida, siempre integradora.
Hasta siempre Javier.
Juan Rodríguez Zapatero
Abogado
Colaborador de SOLCOM
Día: 18 de enero
Lugar: Aula 11.0.17 del Campus de Getafe (Universidad Carlos III).
Hora: de 11:30 a 14:00 .