Los beneficios de la educación inclusiva según la investigación internacional

La perspectiva de los derechos y la ética no necesita argumentos orientados a los resultados (Ainscow et al., 2006; Cara, 2013; Cologon, 2020; Haug, 2017; Lindsay, 2007; Lipsky y Gartner, 1996; Slee, 2001; Ziljak, 2013), ni puede limitarse únicamente a los márgenes del mercado (Miles y Singal, 2010). Sin embargo, su naturaleza de proyecto social y radical hace que no esté exento de la presión de poderosas fuerzas opuestas a los cambios que propugna.

A pesar de todo lo dicho hasta ahora, son frecuentes los debates que pretenden demostrar que lo mejor para ciertas personas (especialmente para una buena parte de las personas con discapacidad) no es la educación inclusiva, sino la educación segregada. A menudo se argumenta que la educación especial es algo así como un centro de alto rendimiento que aliviaría el efecto adverso de la segregación social.

Sin embargo, las pruebas científicas internacionales que apoyan los beneficios de la educación inclusiva en comparación con la educación segregada han sido constantes y crecientes durante más de medio siglo. Destacan las revisiones sistemáticas de la evidencia académica y el meta-análisis de la Australian Research Alliance for Children & Youth (2013), Cologon (2019), la Agencia Europea para el Desarrollo de la Educación Especial (2018), Fisher et al. (2002), Hehir et al. (2016) y Szumski et al. (2017). Los beneficios de la educación inclusiva, más allá de fomentar la justicia social, se distribuyen en diferentes ámbitos o dimensiones: la mejora de la socialización, el sentimiento de pertenencia a una comunidad y a un centro escolar, el sentimiento de bienestar a través de las relaciones sociales con los compañeros y profesores y la inclusión social; el aprendizaje académico; y el mantenimiento y generalización de los aprendizajes, el desarrollo de la comunicación y el lenguaje, y el comportamiento, entre otros. También se han demostrado otros beneficios, que incluyen la mejora de las prácticas de los profesores para que sean más receptivos a las necesidades de los alumnos (Jordan et al., 2010; Purdue et al., 2001). Además, la educación inclusiva es beneficiosa para los alumnos con y sin discapacidad, así como para aquellos alumnos etiquetados como con discapacidades graves y múltiples (Cologon, 2020; Ruppar et al., 2017).

Hay una notable ausencia de pruebas de alta calidad que demuestren algún beneficio fuerte de la educación especial frente a la educación inclusiva (Cologon, 2019; Hehir et al., 2016; Jackson, 2008); no obstante, ha habido algunas comparaciones de escolarización entre escuelas especiales y ordinarias que no pueden calificarse como prácticas inclusivas (Cologon, 2019; Lindsay, 2007). Esto es lo que ocurre cuando los estudios más locales señalan un mayor riesgo de maltrato entre compañeros debido al abuso de poder («bullying») contra los alumnos con discapacidad (Rose et al., 2011). Además, una revisión de la evidencia sugiere que asistir a escuelas segregadas minimiza las oportunidades de inclusión social tanto a corto plazo (en la escuela) como a largo plazo (después de la graduación) (Agencia Europea para el Desarrollo de la Educación Especial, 2018). Sin embargo, las experiencias educativas segregadas siguen siendo frecuentes y habituales entre los estudiantes con discapacidad, privándoles de sus derechos fundamentales (Calderón-Almendros, 2018), a pesar de que la evidencia ha demostrado que existen mayores oportunidades para que aprendan y se desarrollen en entornos educativos más inclusivos (Cologon, 2019; Hehir et al., 2016; Kurth et al., 2014).

Este conjunto de evidencias, que se ha apoyado en la meta-investigación internacional, debe servir de base para transformar decididamente los sistemas educativos para garantizar una educación inclusiva que respete los derechos humanos de todos los niños. Este es el mayor reto al que se enfrentan los sistemas educativos de todo el mundo (Ainscow, 2016). Las autoridades gubernamentales y todos los miembros de la comunidad pueden y deben tomar medidas para lograr este objetivo, ya que beneficia a todos y allana el camino hacia sociedades más equitativas e inclusivas.